Leonel Gonzalez, tuvo las facilidades para pasar desapercibido en momentos cruentos de la guerra, no es que tuviera cualidades de camaleón, ni que fuera un experto en las técnicas de anti-seguimiento, mucho menos de inteligencia militar. Lo que pasa es que a su alrededor siempre hubo algún buen samaritano, dispuesto a salvarlo de cada mal paso que daba.

La historia sigue siendo la misma, en el pasado Sánchez Cerén simplemente se escondía en alguna montaña, o se protegía en las naguas del gobierno Sandinista, de Daniel Ortega, mientras miles de combatientes de las FPL y otras organizaciones de la antigua guerrilla ofrendaban su vida (o se las mandaba a quitar el mismo) para protegerlo o para seguir las instrucciones que el daba desde su posición de comodidad. Ahora Sánchez Cerén, por una razón que todos comprendemos pero con la que nadie está de acuerdo, durante los últimos meses de campaña se ha mantenido en la clandestinidad. ¿Porqué y adonde? Han sido preguntas frecuentes en los medios de comunicación y en las tertulias políticas de los salvadoreños.

Del porqué si podemos hacer algunas conjeturas, pero del dónde, vaya usted a saber del paradero de Leonel, lo cierto es que La campaña electoral en desarrollo está demandando de un respaldo académico y profesional, para sostener el debate público de las propuestas de gobierno que las formulas presidenciales han presentado, que como es de suponer, Salvador Sánchez Cerén no tiene, entonces sabiamente a tomado consejo de la sabiduría popular, que bien dice “mucho ayuda el que no estorba”.
Y por otro lado quien sabe si a Salvador Sánchez Cerén lo estén atormentando las almas en pena de un estimado de 1000 de sus propios compañeros de organización, que fueron fusilados por sus ordenes en el Frente paracentral. Algo tan horrendo de su pasado que no quiere enfrentar a luz pública.
Lo cierto es que Leonel Gonzalez o Salvador Sánchez Cerén, como usted lo quiera llamar, sigue prefiriendo hacer lo suyo desde la clandestinidad a hacer campaña electoral transparente como bien demanda nuestro sistema democrático.